Wednesday, July 10, 2013

La Avenida De Mi Vida



Exhausta de correr en la rutina de escapar de la lluvia me detuve a vivir cada gota como un anhelo que dejé ir en mi vida, cada sueño que no rescaté y ahora se escurre por mi cuerpo. Entre todas las lágrimas de cielo derramadas encontré una en particular que me veía al detenerse frente a mis pestañas empapadas en olvido. ¿Qué había sido de aquella niña que un día no encontró el camino a casa? Creí se había perdido entre los labios de alguna musa no encontrada, pero ¿era así?

En el charco de humo que me encontraba esa noche no había mas que un cuadro mal hecho de una vida igual a la mía.
En una calle agrietada por el paso de los años y de las prisas de ciudadanos aturdidos por el ruido cotidiano, me paré a platicar con la niña hecha gota que perdí hace algunos años. Me contaba de la vida llena de confusiones que había tenido y del foco que veía nacer ya como una rutina todos los días sin falta, excepto en días como éste. Me cuestionó hasta el cansancio, era ella la que se inundaba en dudas melancólicas.

La humedad de sus palabras me sofocaba y las ganas de fumar un cigarrillo eran más fuertes que el diluvio que en mí caía, pero el cigarro no lo podía encender en medio de la lluvia, así que en su lugar encendí mi vida y así pude contestarle.

-Mira niña, te dejé de amar en el momento en que decidiste dejar tu vida para amar la ingenuidad del mundo.

No fue la conversación más larga de mi vida, pero sin duda que fue la plática con mi vida, la vida que pude haber sido.
Llena de odio y pasiones frustradas se miró en mí por última vez y siguió su camino, primero por mis pómulos y después en mi memoria.
Nada más se dibujaba a mi lado, sólo el faro escuálido y tenue a mi costado mirándome con rechazo y desprecio igual que el mundo lo había hecho muchas veces. Tampoco encontré palabras para explicarle a él mi soledad pues me acusaba con su simpleza y me arrullaba con su torpeza.

El faro, la gota, la niña y mi cuerpo, todos muertos en la avenida que llevaba a mi consuelo, una que muchos buscan pero pocos encuentran en el encierro que sus mares diluyen en miles de momentos inolvidables.

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