Friday, May 10, 2013

Vivir de lo Ilógico

Estoy en química. Mierda.
Nunca entiendo absolutamente nada en esta clase, pues qué, yo no encuentro el sentido de aprender acerca de todo lo que compone al mundo si al final estamos tan llenos de nada. ¿Para qué entenderlo, por qué no mejor perdurar en el momento de vivir en él? Igual no entiendo nada. NADA. Ya qué, en fin, no estudiaré nada relacionado con la ciencia.
-"¿De qué vas a vivir?" Me han preguntado incontables personas a lo largo de mi adolescencia. Probablemente estén en lo correcto. Están en lo correcto. ¿Por qué? Por el simple y sencillo hecho de ser la mayoría, la nefasta mayoría. Y es bastante ilógico todo esto, pues la mayoría no sabe escribir, entonces, ¿sólo porque la mayoría no sabe escribir correctamente significa que está bien? NO. Maldita sociedad. Un día dejaré de preocuparme por la ignorancia de los demás.
-"Un día", murmuro.
¿De qué tanto me perdí? Salgo de mi trance en el que no hice nada más que maldecir a la sociedad. Me doy cuenta que ya tengo postrado frente a mí el examen semestral de química. Voy a reprobar.
Mientras tanto, Greta suena en mi cabeza. Greta, mi guitarra. Mía. Y aquí voy otra vez a perder el tiempo mientras canto entre mis cuerdas su nombre, el de ella, no el de Greta, sino el de Ella.
-"¿Qué haces? Concéntrate".
¿Por qué me será tan difícil? Si yo no soy uno de esos estudiantes a los cuales viene a asistir la mujer del sombrero raro y los pantalones cuadriculados, o floreados, dependiendo del clima y su estado de ánimo. No formo parte del grupo de educación especial, el grupo conformado por niños y niñas que tienen (o dicen tener) problemas para concentrarse en sus estudios, o simplemente sufren de alguna enfermedad que los haga necesitar la ayuda de la mujer del sombrero raro y los pantalones floreados y las ojeras más grandes del país para concentrarse en lo que hacen. ¿Entonces por qué me cuesta tanto trabajo concentrarme? Es la comodidad de mi estado mental. O no. Lo que sea, pero yo no quiero las ojeras de ''la Tía Juana'' presentes en cada una de mis clases, queriendo asfixiarme con sus pantalones cuadriculados.
-"¡Que te concentres carajo!" Ok. Lo siento. Pero no. No lo siento. Sin embargo la siento a ella. Ella.
-"Ella", suspiro.
Decido dejarlo así, omitiendo su descripción tan única, pues ella merece exclusividad entre mis letras, pero es tan difícil. Es que está en todos lados. En todos menos aquí.
Escucho que suena la campana. ¡Vaya! Me sorprende ver que mi examen está lleno de letras enredadas en los garabatos que pretender ser ecuaciones de elementos que no conozco. Ok, ahora sí, Mariana, piensa, ¿de qué vas a vivir?
-"De lo ilógico que es vivir", me digo a mi misma mientras sonrío al pensar en el poco sentido que tiene todo. Lo que escribo, lo que pienso, lo que digo, lo que argumento conocer como verdad. No tengo sentido.
-"¿Qué es el sentido?" Susurro antes de entregar mi examen al profesor que me mira molesto al darse cuenta de mi falta de interés en su materia.
Pero ciertamente, ¿qué carajos es el sentido?

No comments:

Post a Comment